Al igual que el éxodo del pueblo judío relatado en el Pentateuco, ya casi hemos atravesado por completo el yermo terreno de la semana para llegar a la Tierra Prometida del sábado y el domingo. No serán 40 años pero al menos estas 2 jornadas nos servirán para reponer energías, sacudirnos el aburrimiento que todo lo cubre y quizás compartir el Maná con alguien a quien no vemos hace tiempo aunque sea en un restaurant de diseño.
Anden descalzos por más que sus madres lo desaprueben y have fun.
Definición de felicidad del día de la fecha: salir de la oficina y darse cuenta que todavía es de día.
1 comentario:
Allá vamos mis pies descalzos y yo...aunque mi madre se oponga!
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