Realmente es como si a uno lo abdujeran. Se va. Desaparece. Está pero no. No es por nada (a veces sí pero son las menos). Algo así como desencontrarse con uno mismo.
Lo peor de todo es que uno no puede alegar "yo no fui" porque los muy turros dejan a uno igualito, igualito a vos en tu lugar.
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