Te lo dice todo el mundo: tu familia, tus amigos, tus conocidos, tu terapeuta y hasta algunos sujetos con quienes nunca intercambiaste más que dos palabras. Pero no es hasta el momento de verte en una radiografía fluoroscópica de abdomen que terminás admitiendo que, muy adentro tuyo, sos un tipo retorcido.
La medicina ya no sabe que inventar para sacar a la luz nuestras más intrínsecas miserias.
1 comentario:
Usted padece un Ozito.
(Alguien tenía que decirlo)
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