La fragilidad de los principios es directamente proporcional al tamaño de la motivación. Las cosas que uno hace por unos pocos días sin electricidad, sin ruido, sin gente, sin obligaciones. Guarden por un par de jornadas sus convicciones excepto una: pasarla bien. Porque ya sabemos que, en ese caso, el fin justifica los medios. Have fun!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario