Luego de una larga agonía podemos declarar finalmente que la semana ha dejado este mundo. Y qué mejores exequias que una visita al epifánico camino de Renata y un breve pero no por eso menos intenso recorrido por la casa del Malbado señor Constantini, en compañía de una viva bárbara. Al fin y al cabo para qué uno se mata trabajando. Cuenten chistes en los velorios, jueguen a los vivos y a los muertos y, por supuesto, have fun!
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