lunes, febrero 06, 2006

mar peligroso


A uno pueden decirle que no va andar, que no vaya, que no le conviene, que va a terminar mal, que va a hacer cagadas. Pero es así. Uno necesita confirmarlo por uno mismo. Y de hecho todo resulta como le vaticinaron. Qué manera de cabecear paredes!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo prefiero quedar con la cabeza llena de cemento, que con los pelos planchados y prolijos.